viernes, 1 de mayo de 2009

... ACERCA DE LAS DAMISELAS


Este es un pronunciamiento tácito-expreso, una declaración íntima y pública, un manifiesto... y más. Debo reconocer que hoy entiendo un poco más a las mujeres y a la vez no las entiendo. Entiendo que son muy singulares y bellas, complejas y plenas, pero a veces esa complejidad nos enloquece. Ayer me di cuenta que las damas son muy dulces y tiernas en unas ocasiones y en otras no. A veces suelen ser armoniosas y tranquilas y otras veces simplemente se arrebatan, se molestan y se engrien. Casi siempre saben qué es lo que quieren y cómo conseguirlo y muy de vez en cuando (que es otro casi siempre) no lo saben.

Las damas son fantásticas, sólo buscan atención (debida y merecida creo yo). No gustan de que se les vea como si no pudiesen hacer cosas por ellas mismas y mucho menos como si no pudiesen lograr sus propios objetivos. Entiendo que también gustan de que se respete su espacio y su vida; a ellas les complace tener siempre la razón y que no se les discuta en demasía sobre sus decisiones. Son exquisitas y humildes pero nunca a la vez; por ello son hermosas y nos enloquecen: por eso los "mucho macho muchachos" no logramos entenderlas plenamente, porque nos enloquecen con sus pensamientos y actitudes tan variadas, tan opuestas, tan imprevistas... pero aun así intentamos comprenderlas. Enloquecer no es malo, porque enloquecemos por ellas y para ellas y asi loquitos vivimos y sentimos.

Me declaro un loco, con la constante y perpetua voluntad de anhelar entender a las damas... en especial a mi estrella muchacha. Y aunque a veces nos dañan bastante con su complejidad, sigo creyendo que las damas son fantásticas y amables... en especial mi estrella muchacha. No me tomen por "tonto o pisado"; solo creo que es bueno nunca dejar de intentar, aprender siempre, y estar seguro de uno mismo; y si es de dos mejor ¿no? A las damiselas de nuestro universo, muchas gracias por ser y estar... en especial a mi estrella muchacha.

El Vituchus Hominidus

P.d. Acepto que ayer fue uno de esos días en que se desea desistir de un objetivo... pero algo impulsaba a seguir. Ayer era de noche y fui maltratado. Ayer en cada maltrato me sentía mal en el corazón, pero no me apartaba. Ayer fue ayer... y hoy es hoy. Y hoy como ayer nada en mi ha cambiado y mi certeza existencial sigue en pie... (... en especial para...)
*Imagen: Pablo Picasso. Joven mujer leyendo un libro en la playa. 1937