PARA QUE ME ENTIENDAN

"No permitan que a la unión de dos espíritus fieles ponga impedimento alguno. 
No es amor el que cambia cuando un cambio encuentra, 
o el que tiende a distanciarse cuando existe la distancia.

¡Oh, no! El amor es un faro eternamente inamovible que desafía a las tempestades sin estremecerse;
es la estrella que guía todo barco a la deriva,
de un valor ignorado, aún si su altura es bien sabida.

El amor no es juego del destino, aún si los labios y mejillas rosa vienen con él,
El amor no se altera con horas y semanas fugaces, sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo."

(Soneto 116. W. Shakespeare; Traducción y arreglo: V.N.C.)

"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas (...). Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. (...). Sin crisis no hay desafios, sin desafios la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia ..."

(La Crisis según Albert Eisntein. A. Einstein)



"Esta es mi convicción y mi perfecta voluntad -(a pesar de y sin importar que, apasionado o en silencio)-: Hasta el infinito, más allá... y de regreso; hasta viejito, con bufanda, alarde de bastón y lentes fondo de botella"

(Razón del Estrello Muchacho, V.E.N.C.)

* Imagen tomada de la web http://www.educ.ar en referencia a Georges Perec, escritor francés (1936-1982) autor de "Las cosas", "La vida instrucciones de uso"; y "El Gabinete de un aficionado" entre otras.

ENTRE FEBRERO Y ABRIL

Cuando don Rigoberto conoció a Fulvio tenía 75 primaveras. Don Rigoberto no era común, pero tampoco extraordinario, simplemente singular y humano, viejo hasta los huesos pero joven en el corazón. De Fulvio no se puede decir mucho porque éste resultó siendo solo un nombre con el que don Rigoberto designaba al imaginario encarnado de su consciencia: Sí, don Rigoberto era esquizofrénico y Fulvio, su consciencia, era su mejor amigo.

Don Rigoberto se enamoró una vez: Esa fue la primera y última vez. Él no creía en eso de experimentar antes de casarse ni en la practicidad de las relaciones, o acaso en la fragilidad del amor a distancia. Don Rigoberto nunca cedió, no tropezó en esto que se llama "amor", porque tuvo la perfecta convicción y voluntad de amar como el primer día y el último a la vez, como en el ahora o nunca, como en el por siempre y para siempre. Quizás la única dificultad para él fue que nunca nadie lo entendió; su amor era un "imposible" para los demás. A don Rigoberto nunca le importaron los comentarios del resto, "no hay tiempo para perderse en eso", decía. Pero como en toda historia de amor suele ocurrir, "su primera, única y última vez" optó por abandonarlo aprovechando la distancia, sin lógica razón y probablemente por alguien mejor. Cosas que pasan de cuando en vez y de vez en cuando; que hieren y subliman, trascienden y motivan.

Fulvio siempre refutó cada decisión de la vida de Don Rigoberto. Que "si hubieras hecho esto y no aquello", que "si hubieses dicho así y no asa", que "si hubiese pensado mejor quizás esto habría salido perfecto"...; y a pesar de todo ello lo único que concluyeron ambos extraños amigos fue que Don rigoberto vivió la vida buena aristotélica; que el "a pesar de... y sin importar que..." de don Rigoberto siguió intacto mucho tiempo, anhelando y extrañando; y que la vida en el Perú es dura como la ley, como la diplomacia, como el amor y la negociación; pero luego, que perfecta es la vida.

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"- Fulvio, ¿Sientes? ¡Ya es de nuevo Marzo! ¿O es que acaso ya Abril?
 - Es Octubre don Rigoberto
 - ¿Octubre? Ese mes no está en mi calendario...
 - Para usted don Rigoberto todo el año es Marzo
 - Ah sí, es que es la época del regreso, de la primera, la única y la última vez...

FIN"

(extracto final)

Argumento de la Obra: "Don Rigoberto"
Autor: Victor Eduardo Núñez Calderón
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