Cuando uno se motiva a escribir no busca el premio nobel de literatura ni intenta demostrar a otros que sabe hacerlo, tan sólo le vienen ganas de escribir, y escribe. Aunque también deberíamos tener en cuenta a aquellos que escriben por obligación, como los colegiales o universitarios cuando se les pide algún trabajo de investigación; o los trabajadores cuando se les exige reportes o informes y varios disparates documentarios que a veces nos parecen inútiles.
Lo interesante es que hasta ahora, y a pesar de haber querido, no he podido escribir de manera lúcida acerca de ese "No Sé Qué" que se siente cuando se conoce a una dama. Creo que varios de nosotros hemos experimentado este extraño; nos enreda la mente y confunde nuestros sentidos; "nos patea el cerebro". Nos hace merodear con la mirada el paso que lleva una mujer; analizarla de arriba abajo y de abajo arriba; atender cada palabra suya y concentrarnos en todos sus gestos, para finalmente dejarnos afirmando "ella tiene algo, tiene un no sé qué".
En mi corta y gallarda vida he tenido esta sensación varias veces de una manera vana, pero sólo una vez en forma verdadera; por ello (y porque el tonto espiritu cientifico así me lo exige) he clasificado los "no se qué" en superficiales y reales. Los "no sé qué" superficiales acontecieron cuando era más joven aún, es decir, "cuando ni siquiera sabía sonarme los mocos". Son esas épocas en las que el colegio y los amigos son importantes y ni que decir de las chicas. Esos fueron los primeros amores , no más, no menos. No obstante, el "no sé qué" real, muy distinto a los anteriores, lo viví hace poco, cuando encontré y reencontré a una bella damisela. Lo malo es que, desde entonces, he intentado describir lo que se siente vivir entre magia y realidad, adormitado y bien despierto, intolerante y comprensivo, todo a la vez, sin tener mucho éxito. Se me ha dicho que estoy tonto y "embobado", "que peco de bruto y pa' bestia ni quien me gane" y que todo es pasajero porque aun me falta vivir. Pero ya que aún no sé como describir este no sé qué y nadie me ha ayudado a describirlo (ni se me ha demostrado que es superfluo), creo que daré la contra a todos y persistiré en mi empresa, es decir "seguiré pecando de bruto y siendo el campeón de los bestias". Quién tenga certeza acerca de cómo describir el "No sé qué", por favor, no saque boleto, no espere su turno, acérquese a ventanilla que con gusto lo atenderemos, escriba, manifiéstese, hable.
Atentamente,
El bruto pecador, rey de los bestias... con el no se qué real en la cabeza.
P.d. Por favor, considerar que el "no se qué" no se equipara con un simple enamoramiento (no sé qué superficial), pero tampoco con el amor "agapé"... La intensidad es mayor.
Lo interesante es que hasta ahora, y a pesar de haber querido, no he podido escribir de manera lúcida acerca de ese "No Sé Qué" que se siente cuando se conoce a una dama. Creo que varios de nosotros hemos experimentado este extraño; nos enreda la mente y confunde nuestros sentidos; "nos patea el cerebro". Nos hace merodear con la mirada el paso que lleva una mujer; analizarla de arriba abajo y de abajo arriba; atender cada palabra suya y concentrarnos en todos sus gestos, para finalmente dejarnos afirmando "ella tiene algo, tiene un no sé qué".
En mi corta y gallarda vida he tenido esta sensación varias veces de una manera vana, pero sólo una vez en forma verdadera; por ello (y porque el tonto espiritu cientifico así me lo exige) he clasificado los "no se qué" en superficiales y reales. Los "no sé qué" superficiales acontecieron cuando era más joven aún, es decir, "cuando ni siquiera sabía sonarme los mocos". Son esas épocas en las que el colegio y los amigos son importantes y ni que decir de las chicas. Esos fueron los primeros amores , no más, no menos. No obstante, el "no sé qué" real, muy distinto a los anteriores, lo viví hace poco, cuando encontré y reencontré a una bella damisela. Lo malo es que, desde entonces, he intentado describir lo que se siente vivir entre magia y realidad, adormitado y bien despierto, intolerante y comprensivo, todo a la vez, sin tener mucho éxito. Se me ha dicho que estoy tonto y "embobado", "que peco de bruto y pa' bestia ni quien me gane" y que todo es pasajero porque aun me falta vivir. Pero ya que aún no sé como describir este no sé qué y nadie me ha ayudado a describirlo (ni se me ha demostrado que es superfluo), creo que daré la contra a todos y persistiré en mi empresa, es decir "seguiré pecando de bruto y siendo el campeón de los bestias". Quién tenga certeza acerca de cómo describir el "No sé qué", por favor, no saque boleto, no espere su turno, acérquese a ventanilla que con gusto lo atenderemos, escriba, manifiéstese, hable.
Atentamente,
El bruto pecador, rey de los bestias... con el no se qué real en la cabeza.
P.d. Por favor, considerar que el "no se qué" no se equipara con un simple enamoramiento (no sé qué superficial), pero tampoco con el amor "agapé"... La intensidad es mayor.
* J. Enrique Gonzalez, "Dama 2002", Oleo sobre lienzo.
Saludos mi estimado vithuchex,lo primero que voy a decir es que usted es un tipazo,aunque no seamos los mejores amigos, aunque nunca hemos despabilado ideas ni confidencias, yo ya lo dije no sos un antropomorfo del montón…
ResponderEliminarEn segundo lugar viene ese “no se que” , déjeme decirle que yo también creo tener mi “no se que”, (pero es una historia tan larga…) sin embargo esta aparente negación de algún fundamento para explicar ese algo concreto que se manifiesta en todo tu ser, puede significar la forma mas sublime de una duda..una dudirijilla, el nexo, entre el “no supe que”, y el “yo se que”; si ese “no se que” actual te genera mas dicha que inquietud yo creo que esta en plena trascendencia, el “yo se que” es una certeza, es una verdad que te lleva a la plenitud, y lo sabes, no hemos nacido para estar solos todos necesitamos de aquel complemento que nos perfecciona (y viceversa).
Atte. F.M.G (o Florecilla como suele llamarme vituchex)
y bueno a veces definir algo puede significar limitarlo, reducirlo aunque sea minimamente porque el lenguaje no abarca la totalidad de la expresion y complejidad humana...la misma de arriba...
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